CÓMO DISFRUTAR

1. Para un encendido correcto y uniforme, precaliente el pie del puro colocándolo a una inclinación de 45°, y haciéndolo girar hasta que se forme una diminuta corona gris alrededor de la capa. No permita que la llama toque el cigarro.
2. Con el puro en la boca, y aspirando mientras repite el proceso, gírelo lentamente en un ángulo por encima de la llama, sin dejar que ésta toque el pie. Recuerde que debe girar lentamente el cigarro para establecer una quemada uniforme.
3. Una vez prendido, retíreselo de la boca y compruebe que se haya encendido correctamente. Si la quemada es irregular, repita el paso anterior en el lado apropiado para igualarla. También puede soplar suavemente para intensificar el calor en la dicha zona, dar un par de caladas, y esperar un minuto antes de continuar con la fumada. Este pequeño retraso permite al cigarro la oportunidad de estabilizarse y corregir su quemada.

Si se le apaga el puro, tan sólo golpéelo con delicadeza para eliminar la ceniza, sople suavemente a través de la cabeza para limpiar las asperezas provocadas por el humo anterior, y vuelva a repetir los pasos indicados para su encendido.

En primer lugar, para hacer un corte limpio es muy importante contar con un cortapuros de calidad, como los de doble hoja. Un corte hecho con la herramienta adecuada y en el lugar correcto disminuirá la probabilidad de romper la capa del cigarro, lo que puede hacer que su fumada sea desagradable.

En la parte inicial del cigarro se encuentra la perilla, una pieza circular de hoja de tabaco adherida a la cabeza, que sirve para mantenerla unida a la envoltura. Este remate se coloca durante el proceso de torcido a mano para evitar que se deshilache la capa y se seque.

Para asegurarnos un corte limpio y evitar que se rompa la envoltura, debemos cortar cuidadosamente la cabeza como máximo 3 mm desde el extremo. Para obtener un mejor resultado, procure que el corte sea limpio, rápido y enérgico.

Sostener un puro no es como sostener un cigarrillo, aunque muchos intentan sujetarlos del mismo modo. Un cigarro no se sostiene entre el dedo índice y medio como un cigarrillo, sino que se sujeta con los dedos índice y pulgar, siempre en paralelo al suelo.

La anilla

Muchos se han preguntado si se debería quitar la anilla del puro. Es realmente una decisión personal, pero habría que contemplar que en ciertos lugares se considera grosero dar publicidad de la marca que se está fumando, a menos que alguien le esté invitando al cigarro. Aunque no es recomendable quitar la anilla, si decide hacerlo espere hasta que haya fumado unos minutos. El calor de la combustión hará que la cola pierda adhesividad y sea más fácil quitar la anilla del puro sin que se rompa su delicada capa.

Dése tiempo

Primero y ante todo, disfrute de sus puros con moderación y valore el tiempo que tenga para su deleite. Si usted dispone de mucho de tiempo, puede que desee encenderse un Robusto o un Pirámide de KOLUMBUS, que son generalmente más grandes y gruesos, y le durarán más tiempo. El Pirámide, con un generoso cepo, suele durar más de una hora. Si no dispone de mucho tiempo, elija un formato más pequeño, como cualquiera de los Robustitos de KOLUMBUS. Otra opción es la de elegir un cigarro de tamaño medio para el día y por la noche elegir un cigarro de mayor tamaño.

Para apreciarlo a la perfección no debe inhalarse el humo, tan solo manténgalo durante unos segundos en la boca; sólo así podrá apreciar su sabor y sus características organolépticas únicas. Por otro lado, hay que destacar que la inhalación repetida sobrecalentará el cigarro.

Dónde disfrutarlo

Algunas opciones para disfrutar de su cigarro elegido son:

1. En un salón de fumadores, club o restaurante.
2. Sentado y tranquilo en el exterior de su casa. O tal vez tenga la suerte de tener un ‘salón de fumadores’ creado para su propio uso.
3. La mejor manera es junto a una agradable conversación con la familia y/o los amigos, tras una buena cena u ocasión especial. Y más aún, si dispone de una bonita terraza.

Ahora, decida qué bebida le gustaría tomar mientras disfruta de su puro. Algunas de nuestras sugerencias son un buen whisky de malta o un ron añejo con hielo, o bien una copa de vino (tinto o blanco).

No golpee nunca el puro, la ceniza permite que arda a la temperatura correcta. Espere al menos a que haya 2 cm de ceniza, no más. De lo contrario, se obstruirá el flujo de aire y la combustión será irregular. Colóquelo sobre el cenicero y apriete el extremo final del cigarro con mucha suavidad mientras lo va girando lentamente.

Déjese llevar por el concierto de aromas y sabores, y deléitese con el placer del último tercio. Cuando decida que ha llegado el momento final, nunca aplaste el puro contra el cenicero. En su lugar, dele un final digno colocándolo sobre el cenicero y dejando que se apague por sí solo. Y retírelo pronto para evitar impregnar el ambiente con el olor tenaz de tabaco frío.