Recientemente hablamos de los sentidos que intervienen en el cigarro, siendo la vista el que tiene mayor impacto a través de su capa, el vestido con el que nos deleitamos: una hoja de mayor calidad, textura y elasticidad, que recubre el capote y le da aspecto y personalidad al puro. El color es lo primero que llama nuestra atención, siendo un elemento importante cuando escogemos la vitola que estaremos a punto de disfrutar. Aunque la hoja del tabaco es siempre verde en su recogida, los diferentes procesos de secado y añejamiento acaban por definir su tonalidad final.

Y es en el banco del torcedor donde corresponde seleccionar los colores de la capa empleando criterios de uniformidad. Porque una vez concluido el proceso, se disponen en las cajas respetando detalladamente la tonalidad. Siete son los tonos principales:

  • Doble Claro (marrón verdoso claro)
  • Claro (marrón amarilloso pálido)
  • Colorado Claro (marrón natural claro)
  • Colorado (marrón rojizo)
  • Colorado Maduro (marrón oscuro)
  • Maduro (marrón café oscuro)
  • Oscuro (marrón negro oscuro)

El color, no obstante, no es indicativo de lo que saborearemos una vez procedamos al encendido. No hay que dejarse llevar por la creencia que dice que el color del puro indica su grado de intensidad, ya que no es la capa la que influye de manera determinante su fortaleza y aroma, sino que es la composición esencial y combinación específica de tabaco en la tripa la que aporta los matices.

Sí que nos detallará, en cambio, cuál ha sido la variedad de semilla empleada en su cultivo, el tiempo de exposición al sol, su lugar o altura dentro de la planta a la cual perteneció, así como el proceso de secado y fermentación que haya recibido las hojas del puro que estamos a punto de catar; por ejemplo, el tono Oscuro suele ser consecuencia del empleo de hojas que se sitúan en la parte superior de la planta. Colorado Claro indica que la planta ha crecido bajo los rayos del sol mientras que el Colorado denota una planta que se ha desarrollado a la sombra.

En el caso de la familia KOLUMBUS, tres son los tonos que abarcan la esfera de coloración: Claro para nuestro K-Azul, Colorado Maduro para el K-Rojo y Oscuro para el K-Negro.