A lo largo de la historia, muchos amantes del puro se han caracterizado por destacar en diferentes sectores de la sociedad y han sabido compartir los momentos de triunfo y relajación con elegancia, simpatía y el placer de los sentidos: desde Federico II el Grande, rey de Prusia, hasta el emperador Napoleón Bonaparte, quienes celebraban las victorias en las batallas con un puro entre sus manos.

El neurólogo Sigmund Freud, la escritora George Sand, la princesa Paulina de Metternich o presidentes de los Estados Unidos como Lincoln, Grant, Cleveland, Roosevelt o el propio Kennedy fueron algunos de los ilustres fumadores de puros. Albert Einstein los saboreó mientras publicaba la teoría de la relatividad. E incluso grandes del cine como Alfred Hitchcock, Groucho Marx, Marlene Dietrich, George Burns y Peter Falk. Todos ellos llegaron a disfrutarlos en el evento más deslumbrante de Hollywood: la ceremonia de los Óscar.

Sin ir más lejos, nada le deleitaba más a Winston Churchill, primer ministro británico y sibarita por excelencia, a quien se le atribuye la siguiente frase: “Fumar puros es como enamorarse. Primero, te atrae su forma; te quedas por su sabor, y por último, no debes permitir que la llama se extinga jamás”.

Sobre él existe una simpática anécdota que le llevó a la isla de la Palma, de donde proceden los puros KOLUMBUS. En 1959, el premier británico viajó a la isla acompañado del multimillonario Aristóteles Onassis para disfrutar de su belleza sin igual. Fue allí cuando Roque Concepción, purero local, le obsequió con una caja de puros palmeros artesanales. Meses después, Churchill escribió una carta a Concepción agradeciéndole el detalle y alabando la calidad de unos puros que calificó como “excelentes”.

El escritor Mark Twain dejó otra gran frase para la posteridad que da fe de su amor por el humo envolvente de los puros: “No pienso ir al cielo si no permiten fumar”. El autor de Las Aventuras de Huckleberry Finn tiene una segunda cita al respecto: “Comer y beber son las dos únicas actividades que pueden interrumpir el gozo que produce fumarse un puro”.